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| El informador - 22 de junio de 1954 |
México, DF, junio 21.- La mañana de hoy el Emperador de Etiopía, Haile Selassie, visitó la Ciudad Universitaria, siendo recibido por el consejo universitario.
Contestando el discurso de bienvenida pronunciado por el Rector de la Universidad, licenciado Nabor Carrillo Flores, Haile Selassie dijo que "idénticos caminos, en materia de política exterior, han seguido México y Etiopía. Ustedes saben muy bien lo que ha hecho México por Etiopía. El solo hecho de que este país no reconociera al imperio fascista, es no sólo motivo de agradecimiento, sino fuente de orgullo, que lo hace campeón de la libertad y de la defensa colectiva. México ha demostrado no solamente con palabras, sino con hechos, su política de fraternidad, y nos enorgullecemos en afirmar que somos hermanos de los mexicanos".
Tuvo elogios para la Ciudad Universitaria, diciendo que todo el mundo conoce que México está orgulloso de su civilización azteca y de su historia antigua en general, y es claro para cualquiera persona que venga a México, ver cómo progresa esta nación. Concluyó diciendo que la Ciudad Universitaria será un ejemplo para la Universidad de Etiopía.
El Emperador iba acompañado de la Princesa Seble Desta y el Príncipe Haile Selassie II y su comitiva oficial de representantes de relaciones exteriores. Contingentes militares les rindieron honores.
Al mediodía el Presidente de la República, don Adolfo Ruiz Cortines, ofreció en el Palacio Nacional un banquete al Emperador, en señal de hospitalidad.
"Sabemos que el buen entendimiento, nacido del trato leal y respeto recíproco, lleva rectamente a la concordia", dijo el Presidente de la República. "Por eso México desde el año 1935 alzó su voz en defensa de Etiopía, y vio con satisfacción cordial que el pueblo etíope, pasada la crisis que registran sus anales, volvió al pleno ejercicio de su soberanía. La historia ha enseñado que no perecen los pueblos a quienes los anima la decisión de existir, que emana de sus tradiciones y costumbres y de todo cuanto constituye una cultura propia y un alma nacional".
El Emperador dijo que "con cabal exactitud nosotros empleamos la palabra hermano para referirnos a México y a los mexicanos, pues no olvidamos, ni podremos olvidar jamás, la fraternidad y la viril actuación que la delegación de México en la Sociedad de las Naciones desarrolló en defensa de los sagrados derechos de Etiopía, que eran de razón, verdad, justicia y derecho".
Al banquete asistieron casi todos los miembros del cuerpo diplomático y representantes de los Poderes Legislativo y Judicial. Al Presidente de la República lo acompañaba su esposa, y al Emperador la Princesa Seble Desta. El director de ceremonial fue presentando al Emperador a los representantes diplomáticos acreditados ante el gobierno de México.
En la mesa de honor, dispuesta para cuatro personas, se sentaron el Emperador y la Princesa, el Presidente de la República y su esposa. En dos mesas se sentaron como ciento cincuenta invitados. El Emperador impuso al Presidente Cortines el Collar de Saba.
De sobremesa, el Embajador de Guatemala manifestó: "El discurso que acabamos de escuchar, es una ratificación del concepto que el Presidente Ruiz Cortines tiene de la libertad y la libre determinación de los pueblos".
El Embajador de Estados Unidos comentó que la ceremonia había sido profundamente emotiva y muy solemne. En general, muchos Embajadores coincidieron en que Guatemala vive momentos muy dramáticos, pero creyendo que en otras partes del mundo no se actúa en funciones de un nuevo conflicto bélico.
Por la tarde el Emperador visitó la Legación de su país en México, siéndole presentados los alumnos del Colegio Militar y de la Escuela de Agricultura que están becados por su imperial gobierno, así como algunos de sus súbditos radicados en nuestro país.
Por la noche se le ofreció una recepción al Emperador en la Secretaría de Relaciones Exteriores con asistencia de casi todo el cuerpo diplomático, estando presente el Presidente de la República en compañía de su esposa.
Mañana, a las diez horas, el Emperador descubrirá la placa de la Plaza de Etiopía, en la Colonia Narvarte. Después visitará la Iglesia de San Jorge, en la Colonia de Roma Sur. Recorrerá varios lugares de la ciudad, asistiendo a las trece horas a una comida que le será ofrecida en la industria D M Nacional. A las quince horas visitará la Basilica de Guadalupe, y a las dieciséis estará en el Hospital de la Raza del Seguro Social.
Publicado en el periódico diario El informador, Guadalajara, 22 de junio de 1954
