jueves, 26 de febrero de 2015

Los emperadores de Abisinia

Menelik II y Taytu Betul
Emperadores de Abisinia
6 de marzo de 1896

El reciente descalabro sufrido por el ejercito italiano en Abisinia, presta actualidad a los retratos de los soberanos de aquel vasto imperio que publicamos hoy.

El rey Menelik II es reputado como un monarca valeroso y guerrero. Entre sus súbditos ha conseguido el sobrenombre de El Justo, y es tenido en gran estima no solo por sus nobles y elevadas cualidades, sino por su distinguida alcurnia, ya que según la tradición desciende en línea directa del famoso Menelik I, emperador de Etiopía, e hijo del rey Salomón y la reina de Saba.

Sucedió en el trono a Yohannes IV y terminó en el mismo año el tratado con Italia que colocó a su reino bajo el protectorado de esta última nación, habiendo trabajado mucho durante su reinado por la consolidación del imperio que se hallaba subdividido en varios reinos semi-independientes.

Tiene cierta ilustración y ha tratado en varias ocasiones de cultivar relaciones diplomáticas con varias potencias europeas, y de civilizar a sus pueblo, habiendo mandado el año pasado una misión a San Petersburgo, para consolidar las simpatías que subsisten entre la Iglesia abisinia y la Ortodoxa rusa, con cuyo motivo circuló el rumor que obtuvo la promesa de ser auxiliado por Rusia en caso de que se renovaran las hostilidades con los italianos. Aunque nada se sabe de cierto a ese respecto, se cree fundadamente que numerosos oficiales rusos están sirviendo en el ejército abisinio.

La reina Taytu, esposa de Menelik, llamada también Luz de Etiopía, acompaña a los ejércitos abisinios durante la presente campaña, siendo tal su afición a la guerra, que en el reciente asalto a Makallé, parece que se puso al frente de su guardia.

Descendiente de la familia Semien, una de las más nobles de Etiopía, y es tal la afección que Menelik siente por ella, que según se asegura le consulta todas las cuestiones de Estado, habiéndola encargado en distintas ocasiones, de la redacción de importantes documentos diplomáticos. Posee también una inmensa fortuna y aunque no se ha decidido a abandonar el traje nacional y las modas de su país, es entusiasta de costumbres europeas.


Publicado en el periódico diario La VanguardiaBarcelona6 de marzo de 1896
Gentileza de la oficina del EABIC en Argentina