lunes, 19 de enero de 2015

El mito tecnológico Rastafari

Mercado de Kingston, Jamaica.
El mito tecnológico Rastafari

El celeste profundo del cielo despejado se alzaba sobre nuestros turbantes mientras saboreábamos el alimento musical de la mañana; del radiante sol hasta el mar calmo.


Esperábamos visitas en el campamento, llegarían por la tarde. Así que con tres hermanos nos fuimos a la feria de la ciudad en busca de frutas y verduras para preparar la bienvenida.

Habíamos bajado la montaña por el sendero de tierra hasta el camino principal que bordea la costa.

Suena el teléfono del acompañante del conductor de la camioneta; contesta con un “bendito amor”. Al terminar la llamada, se voltea y habla con el Sacerdote que estaba a mi lado: “Honorable, me avisaron que van a venir muchos niños, y las emperatrices quieren prepararles algo dulce. Me pidieron que traigamos un poco más de miel”.

A nuestra izquierda el mar continúa acompañándonos y el sacerdote sonríe al preguntar “¿Se acuerdan del documental que decía que los Rastafaris no usábamos teléfonos celulares?”.
Todos sonreímos con la risa en la punta de la lengua. 

“Bueno, antes montábamos en burro y usábamos mulas para traer lo que necesitábamos del mercado. Es el mito tecnológico Rastafari”, razona el hermano al volante.

“El mito tecnológico Rastafari", repite el sacerdote para sí mismo, y mirando a su derecha agrega sonriendo aún más "ahí tienes el título para tu artículo”.

El transito se está poniendo cada vez más denso; ya estamos llegando a la ciudad. Cuando volvamos al campamento te mando otro email y te cuento como nos fue en el mercado…