martes, 7 de julio de 2015

El Emperador participó en actos de variada índole

23 de junio de 1954

Desde ceremonias civiles hasta actos religiosos, en el curso del día de ayer

México, DF, junio 22.- En numerosos actos oficiales, religiosos y sociales, participó hoy el Emperador de Etiopía, Haile Selassie, iniciando sus actividades de la mañana.

En emotiva ceremonia descubrió una placa en la Plaza de Etiopía, ubicada en la Colonia del Valle. Espontaneamente el pueblo acudió vitoreando al Emperador calurosamente. Una gran bandera mexicana sirvió de fondo a esta ceremonia. Al lado de ésta, banderas más pequeñas de México y Etiopía completaban el marco de las tribunas.

Poco antes de las diez de la mañana, el Jefe del Departamento del Distrito Federal, licenciado Ernesto P. Uruchurtu, acompañado por otros funcionarios, arribó a la Plaza de Etiopía. Al presentarse el Emperador seguido por su séquito, fue aclamado calurosamente por la multitud congregada allí, mientras que bandas de guerra entonaban los himnos mexicano y etíope. Una niña mexicana, entregó al Emperador un ramo de flores.

El licenciado Luis Noyola Vázquez, en un discurso que pronunció, estableció un paralelo entre Menelik y Juarez, explicando que por esos antecedentes de simpatía ya existía desde antes en México una plaza con el nombre de Etiopía. Hizo después un panegírico del Emperador y exaltó la simpatía de la figura del Rey de Reyes.

El Emperador manifestó, en su contestación, agradecimiento y conceptos religiosos, agregando que el recuerdo hecho de Etiopía le producía agradable y particular emoción. "Expresamos nuestro deseo", agregó, "coincidente con el vuestro, de que la Plaza Etiopía en México y la Plaza de México en Addis Abeba, sean por siempre pregoneros de la amistad que une, y unirá eternamente, ambas patrias". En seguida descubrió una placa que dice: "Plaza de Etiopía, descubrió esta placa, conmemorativa de su visita a México, el día veintidós de junio de 1954". Con los honores reglamentarios al Emperador, se dio por terminada la ceremonia.

Posteriormente el Emperador realizó dos visitas de carácter religioso. Primero visitó la Catedral Ortodoxa de San Jorge, llegando a ella poco antes de las once horas. El Padre Zacarías, jefe de la Iglesia Ortodoxa Griega, pronunció las palabras de bienvenida y ofició posteriormente. El Emperador y su comitiva permanecieron en el templo, en actitud de fieles creyentes. El Padre Zacarías bendijo al Emperador y a los presentes durante una misa ofrecida en su honor.


Posteriormente el Emperador se dirigió a la Basílica de Guadalupe. El Arzobispo Primado de México, Monseñor Luis María Martínez, acompañados por altos dignatarios de la Iglesia Católica, lo esperaba a la entrada del templo. El Emperador fue aclamado por la multitud congregada en torno a la Basílica. El Emperador entró al templo, dirigiéndose a la capilla del Sagrario, donde oró por breves instantes ante el Santísimo. Después se dirigió ante el altar mayor.

El Arzobispo de México expresó que era para el Clero y el pueblo mexicano una gran satisfacción recibirlo en la Basílica, que podía estar seguro es el corazón de México, donde se encuentra La que nos guía y es nuestra esperanza. Terminó diciendo: "Os damos gracias por vuestra visita, y de todo corazón pedimos a la Santísima Virgen que alcance de Dios Nuestro Señor bendiciones para Vuestra Majestad Imperial y para el pueblo de Etiopía.


El informador - 23 de junio de 1954
El Emperador manifestó que desde los primeros siglos de la Iglesia ellos ya fueron creyentes de Cristo, haciendo hincapié en que Etiopía es un país devoto de la Virgen Santísima. En seguida suplicó que se aceptaran los presentes que entregó, consistentes en una finísima alfombra y quince mil pesos para las obras materiales que se realizan en la Basílica. Previamente había depositado un ramo de orquídeas frente al altar de la Guadalupana. El Emperador y su comitiva recibieron del Arzobispo mexicano medallas y álbumes Guadalupanos, como recuerdo de su visita. Cuando salió del templo, el Emperador recibió una nueva ovación del pueblo mexicano.

A las 12:30 arribó el Emperador, junto con su séquito, a la Ciudad Industrial DM Nacional, donde en la puerta lo esperaban funcionarios de la empresa. Los visitantes hicieron un recorrido general por las instalaciones de la industria, el gimnasio, el campo deportivo, la escuela, el edificio de apartamento, el mercado y la clínica recibiendo explicaciones sobre cada instalación.

Un grupo de niños entregaron al Emperador una caja de plata, conteniendo un pabellón nacional primorosamente labrado en concha nácar y jade. El Emperador agradeció el obsequio, y a su vez regaló a los niños sendas medallas de oro con su efigie. El Emperador accedió a posar junto con los ejecutivos y los obreros de la fábrica. Visitó el departamento de uno de los trabajadores de la empresa que en esos momentos se encontraba trabajando, siendo atendido por su esposa y tres hijos. Esa será una de las escasísimas casas particulares que el Emperador visitará en México.

En la biblioteca se sirvió un coctel, durante el cual el Emperador manifestó a los dirigentes de su empresa su satisfacción por conocer una fábrica tan adelantada y donde los trabajadores gozan de altos beneficios sociales, materia en la cual se encuentra particularmente interesado, pues cuando se encuentra en su país, acostumbra visitar diariamente por la tarde algún centro de trabajo, alguna escuela o un centro de asistencia social. Después se sirvió un banquete en el Comedor de la Ciudad Industrial. Posteriormente regaló una medalla imperial a los señores Ruiz Galindo.

A las 4:30 de la tarde el Emperador visitó el Hospital de la Raza, elogiando el esfuerzo y el ingenio de los mexicanos por haber logrado la construcción del magno centro hospitalario, que es orgullo de la seguridad social mundial. Lo recibió en el vestíbulo el Director General del Seguro Social, acompañado por otros funcionarios de esa institución. El licenciado Ortiz Mena dirigió al distinguido visitante un cordial mensaje de bienvenida.

El Emperador inició con su nombre el libro de visitantes distinguidos, y empezó su recorrido frente al mural de Diego Rivera titulado "El pueblo en demanda de salud", cuyo significado le fue explicado, visitando posteriormente todas las instalaciones y recorriendo todos los pisos del hospital. Conoció también el auditorium y el mural de David Alfaro Siqueiros "Por una seguridad social integral", que será develado en breve.

El Emperador obsequió al Director del Seguro Social un retrato suyo autografiado, montado en un bello marco con el escudo imperial grabado en oro. Se regaló a los visitantes una monografía del Hospital de la Raza, en que se refieren todas sus características.


Medalla de huésped distinguido a Selassie

México, DF, junio 22.- En una ceremonia que se efectuó hoy a medio día en su despacho privado, el jefe del Departamento del Distrito Federal, licenciado Ernesto P. Pruchurtu, impuso la medalla de huésped distinguido y de honor de la ciudad de México al Emperador Haile Selassie, quien fuera del programa de visitas y como demostración de gratitud hacia el pueblo y el gobierno de esta capital, llegó al local municipal con su comitiva.

Uruchurtu recibió a su vez en nombre de los habitantes capitalinos, dos lanzas, un escudo y dos colmillos de elefante bellamente labrados, que el Emperador de Etiopía obsequió a la ciudad de México.

Poco antes de retirarse del Palacio Municipal, el Emperador afirmó que su permanencia en esta capital tiene para él significación, y que al retornar a su país llevará consigo una emoción imperecedera de cariño hacia México, y gratitud por la forma en que el pueblo y el gobierno lo han acogido.


México otorga condecoraciones

México, DF, junio 22.- Oficialmente se dieran a conocer hoy los acuerdos tomados por el Presidente de la República por conducto de la Secretaría de la Defensa Nacional, en el sentido de otorgar condecoraciones Al Mérito Militar de Primera Clase, al grupo de militares que acompañan a Su Majestad Imperial, Haile Selassie.

Dichos militares fueron condecorados ya en la Secretaría de Relaciones Exteriores, con asistencia de un representante del ejército y la armada de México, siendo el general Abeye Abbe, Ministro de Defensa de Etiopía, y los edecanes del Emperador, coronel Makonnen Denneke y el capitán Morkines Gobeyehu.


Publicado en el periódico diario El informador, Guadalajara, 23 de junio de 1954